martes, 7 de diciembre de 2010

Un viaje en Sevilla

La portada, por ahora, no puedo ponerla, pero sí comentarlo. Es un libro emotivo, donde la joven escritora hace alarde de su intensa vida, aún a su corta edad. Son frecuentas los circunloquios y gusta de los ambages para hacer saber que, a su manera, ella también estuvo enamorada. Le cuesta decirlo tal cual suena, y sin embargo, no tiene reparos, para otros temas, en llamar las cosas por su nombre. Pese a que podría parecer un intento de estudio del género humano, pasa por alto un rasgo esencial y es que, no todo el mundo puede ser medido con los mismos baremos. Me ha resultado entrañable, y a veces hiriente, porque he podido llegar a sentirme identificada en algunos fragmentos. Y no todo lo que leemos nos gusta bajo ese atenuante. Pese a que la obra es buena, tanto en forma como en fondo, creo que la autora debió de tener un poquito más de paciencia y haber desarrollado algo más la trama, porque pese a que le dedicó un año de su vida, no siempre los plazos establecidos son aquellos en los que las cosas importantes suceden. Creo que han quedado muchas cosas importantes en el tintero, y probablemente es porque estuvieran ya fuera de plazo. Estaría bien leer una segunda parte, o, incluso, otro punto de vista de la misma historia, y de otra autora. Es una idea brillante la de escribir lo que sucede, y para la vejez, un gran recuerdo, mucho mejor que la memoria que todo lo desvirtúa. Chapó!