viernes, 18 de enero de 2019

Frankenstein

Este libro me ha sorprendido muy gratamente. Surgió en un viaje a Dublín, con La Guapitroski, otra afamada bloggera, la idea de leer este libro. Allí, en tierras irlandesas, estuvimos en contacto con la cultura y con los círculos más eminentes en cuanto a escritura y lectura se refiere. Y fue de ese modo que surgió la idea de inmiscuirnos, sin premura ni demora, en la lectura de grandes clásicos, como serían este y la magnánime obra del dublinés Bram Stoker, que se leyó varias veces esta obra que aquí presentamos para darle vida a la suya. Como ya hace tiempo que me leí esta novela, en esta ocasión no tengo ningún estracto que añadir, así que si os habéis quedado con la curiosidad de saber qué tal suenan las palabras que con tanto bienhacer ha unido en esta gótica novela la autora, Mary Shelley, espero que vayáis raudos y prestos a devorar sus páginas. ¡Un saludo!
.... No, no soy capaz, así que os dejaré un extracto para despertar en vosotras la inquietud por esta novela:
¿Crees tú, Víctor, que yo no sufro?- me dijo, con lágrimas en los ojos-. Nadie puede querer a un niño como yo amaba a hermano. Pero acaso no es un deber para con los supervivientes el intentar no aumentar su pena con nuestro dolor exagerado. También es un deber para contigo mismo, pues la tristeza desmesurada impide el restablecimiento y la alegría; incluso impide llevar a cabo los quehaceres diarios, sin los que ningún hombre es digno de ocupar un sitio en la sociedad. 

Una modesta propuesta

Este ensayo de Jonathan Swift es una crítica a la sociedad de aquel tiempo. Debido a la hambruna causada por la "crisis de la patata", había muchos pobres en la ciudad, y este autor propone que los ricos se coman a los niños pobres porque así, además de suponer un suculento planto para sus paladares selectos, disminuye el número de pobres en la zona y se podrá vivir mejor.
La obra no fue entendida en su momento, y por ello fue muy criticada. Sin embargo, el autor demostró reiteradamente su compromiso para con la sociedad del momento, hizo innumerables obras benéficas, participó en la construcción de un hospital, y por todo ello es un personaje muy querido en todo Dublín, donde hay una estatua de él en la catedral de Saint Patrick (y que no conseguí ver).
Como siempre, dejo un extracto que me ha llegado más profundo por algún u otro motivo:

Ofrezco por lo tanto humildemente a la consideración del público que de los ciento veinte mil niños ya calculados, veinte mil se reserven para la reproducción, de los cuales sólo una cuarta parte serán machos; lo que es más de lo que permitimos a las ovejas, las vacas y los puercos; y mi razón es que esos niños raramente son frutos del matrimonio, una circunstancia no muy estimada por nuestros salvajes, en consecuencia un macho será suficiente para servir a cuatro hembras. De manera que los cien mil restantes pueden, al año de edad, ser ofrecidos en venta a las personas de calidad y fortuna del reino; aconsejando siempre a las madres que los amamanten copiosamente durante el último mes, a fin de ponerlos regordetes y mantecosos para una buena mesa. Un niño llenará dos fuentes en una comida para los amigos; y cuando la familia cene sola, el cuarto delantero o trasero constituirá un plato razonable, y sazonado con un poco de pimienta o de sal después de hervirlo resultará muy bueno hasta el cuarto día, especialmente en invierno.

martes, 8 de enero de 2019

1984


Tenía curiosidad y ganas de leer este libro desde hacía tiempo.  Había oído, en alguna ocasión, que el reallty televisivo “Gran Hermano” tenía su fundamento en esta novela. Y bueno, para todas aquellas graciosillas que estés pensando que seguro que esperaba leer algo sobre la vida y chascarrillos de todos esos personajillos de tres al cuarto, pues os diré que no. No, no y no. Sois muy chistosas, pero en este caso erráis. Quería saber de qué iba esta novela en la que, supuestamente, había un ojo que todo lo veía.
Tengo que decir que esa fue mi motivación inicial, pero luego también suscitaba en mí mucho interés su autor, George Orwell, al que tengo también en alta consideración, y del cual sé que hace muy buenas críticas de la sociedad.
Esta novela está escrita en 1949, y parece que fuera todo un visionario, porque la sociedad cada vez se dirige más, desgraciadamente,  a todo esto que aquí describe.
Ni que decir tiene que recomiendo esta obra fervientemente y que es, de lejos, una de las que más me ha enganchado en los últimos tiempos.
Y como siempre intento, os dejo un fragmento que me ha gustado:

“Winston bajó los brazos y llenó los pulmones de aire muy despacio. Su imaginación se deslizó por el laberíntico mundo del doblepiensa. Saber y no saber, tener plena conciencia de algo que sabes que es verdad y al mismo tiempo contar mentiras cuidadosamente elaboradas, mantener a la vez dos opiniones sabiendo que son contradictorias y creer en ambas, utilizar la lógica en contra de la lógica, repudiar la moralidad en nombre de la moralidad misma, creer que la democracia era imposible y que el Partido era el garante de la democracia, olvidar lo que hacía falta olvidar y luego recordarlo cuando hacía falta, para luego olvidarlo otra vez. Y, por encima de todo, aplicar ese mismo proceso al propio proceso. Esa era la mayor sutileza: inducir constantemente a la inconsciencia, y luego, una vez más, volverse inconsciente del acto de hipnosis que acababas de realizar. Incluso la comprensión del término “doblepiensa” implicaba el uso del doblepiensa. “

Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea

 Esta novela juvenil, escrita por Annabel Pitcher, me llamó la atención al instante por su título tan curioso. Se ve que si estuviera más atenta me habría dado cuenta de las ilustraciones que acompañan en la portada el título, y podría haberme hecho una idea de qué venía a indicar dicha frase.  Pero como no dispongo de esa capacidad de concentración, pues no me enteré…. Y no os voy a desvelar de qué va la novela, pero sí que os diré que me ha gustado mucho. Al principio me costó más trabajo su lectura, pero conforme me iba metiendo e iba empatizando con los personajes, más la iba disfrutando. Creo que está muy bien escrita, con mucho tacto, y tratando temas difíciles para estas edades a las que se dirige (la mía, jejeje).
Sí que la recomiendo, y le pongo un 8,5.

Caperucita en Manhatann


Este libro, de la autora Carmen Martin Gaite, cayó en mis manos, por casualidad, justo la semana de antes de mi viaje a New York, así que fue algo casi providencial. Como soy asidua a la biblioteca del instituto, y suelo elegir la novela juvenil, una de las compañeras que trabaja en la biblioteca se acordó de mí cuando le devolvieron este libro y pensó que me gustaría. Y así ha sido. Lo he leído con más ganas antes de mi viaje a Nueva York que después de volver. Pensaba que me podría ayudar a hacerme una idea del escenario que allí me esperaba. Pero realmente no es útil en ese sentido. No deja de ser una novela, en la que, por cierto, se hacen guiños a los libros Caperucita Roja y Alicia en el País de las Maravillas.
Es un buen libro para el público al que está dirigido, y el tema central es la libertad, el sentirse libre, el vivir la vida sin miedo (pero no siendo temerarios, claro).
Creo que le pondré un 6, porque podemos pasar sin esta lectura.
Dejo un fragmento de mi agrado:

“Eso suele decir, sí. Para vivir… ¿Pero a qué llama vivir? Para mí vivir es no tener prisa, contemplar las cosas, prestar oído a las cuitas ajenas, sentir curiosidad y compasión, no decir mentiras, compartir con los vivos un vaso de vino o un trozo de pan, acordarse con orgullo de la lección de los muertos, no permitir que nos humillen o nos engañen, no contestar que sí ni que no sin haber contado antes hasta cien como hacía el Pato Donald… Vivir es saber estar solo para aprender a estar en compañía, y vivir es explicarse y llorar… y vivir es reírse.”