martes, 8 de enero de 2019

1984


Tenía curiosidad y ganas de leer este libro desde hacía tiempo.  Había oído, en alguna ocasión, que el reallty televisivo “Gran Hermano” tenía su fundamento en esta novela. Y bueno, para todas aquellas graciosillas que estés pensando que seguro que esperaba leer algo sobre la vida y chascarrillos de todos esos personajillos de tres al cuarto, pues os diré que no. No, no y no. Sois muy chistosas, pero en este caso erráis. Quería saber de qué iba esta novela en la que, supuestamente, había un ojo que todo lo veía.
Tengo que decir que esa fue mi motivación inicial, pero luego también suscitaba en mí mucho interés su autor, George Orwell, al que tengo también en alta consideración, y del cual sé que hace muy buenas críticas de la sociedad.
Esta novela está escrita en 1949, y parece que fuera todo un visionario, porque la sociedad cada vez se dirige más, desgraciadamente,  a todo esto que aquí describe.
Ni que decir tiene que recomiendo esta obra fervientemente y que es, de lejos, una de las que más me ha enganchado en los últimos tiempos.
Y como siempre intento, os dejo un fragmento que me ha gustado:

“Winston bajó los brazos y llenó los pulmones de aire muy despacio. Su imaginación se deslizó por el laberíntico mundo del doblepiensa. Saber y no saber, tener plena conciencia de algo que sabes que es verdad y al mismo tiempo contar mentiras cuidadosamente elaboradas, mantener a la vez dos opiniones sabiendo que son contradictorias y creer en ambas, utilizar la lógica en contra de la lógica, repudiar la moralidad en nombre de la moralidad misma, creer que la democracia era imposible y que el Partido era el garante de la democracia, olvidar lo que hacía falta olvidar y luego recordarlo cuando hacía falta, para luego olvidarlo otra vez. Y, por encima de todo, aplicar ese mismo proceso al propio proceso. Esa era la mayor sutileza: inducir constantemente a la inconsciencia, y luego, una vez más, volverse inconsciente del acto de hipnosis que acababas de realizar. Incluso la comprensión del término “doblepiensa” implicaba el uso del doblepiensa. “

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