martes, 29 de junio de 2010

El chico que imitaba a Roberto Carlos



¿Os gusta escuchar el sonido del viento, su silbido triste, quejumbroso
como un verso de amor marchitado o como el lamento de un viejo que llora a sus
hijos? A mí sí, porque estás andando en medio de la calle, del ruido del
tráfico, o en tu casa, con el televisor encendido, y de pronto te das cuenta de
que suena el viento, y apagas la tele, porque es un rollo lo que estás viendo, y
te sientes más unido a la tierra, más salvaje y también más puro, y si estás en
la calle, dejas de oír el ruido de los coches y piensas que con un poco de
suerte hubieras podido ser un pájaro, con un poco de suerte y unas cuantas
plumas, claro.

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